El gobierno de Estados Unidos, a través de su secretario de Estado, Antony Blinken, ha reconocido al opositor Edmundo González como el ganador de las elecciones presidenciales celebradas en Venezuela el 28 de julio de 2024. En un comunicado emitido el jueves 1 de agosto, Blinken afirmó que Washington concluyó, basándose en “pruebas abrumadoras”, que González obtuvo la mayor cantidad de votos en los comicios. Blinken indicó que los datos electorales reflejan claramente la voluntad del pueblo venezolano y subrayó que el reconocimiento de González se basa en los resultados obtenidos por la oposición, liderada por María Corina Machado, quienes presentaron un escrutinio que mostraba una victoria de González en el 80% de las mesas electorales.
El Consejo Nacional Electoral (CNE) de Venezuela, por su parte, anunció el mismo domingo que, con el 80% de las actas escrutadas, Nicolás Maduro había ganado con un 51,2% de los votos, mientras que González obtuvo el 44,2%. Esta declaración generó dudas debido a la falta de detalles sobre el 20% restante de las actas electorales. Estados Unidos y Brasil solicitaron al CNE una revisión detallada de los resultados por mesa.
Sospechas de fraude y reacción internacional
La falta de transparencia en el conteo de votos y la rápida proclamación de Maduro como ganador provocaron sospechas de fraude en Estados Unidos. El gobierno estadounidense, junto con Brasil, pidió al CNE que proporcionara un desglose detallado de los resultados, pero hasta ahora no se ha entregado información adicional. La misión de observación del Centro Carter también cuestionó la validez de los resultados, señalando irregularidades y la falta de datos oficiales desglosados.
Blinken criticó la premura con la que el CNE declaró a Maduro como vencedor, señalando que la declaración no estaba respaldada por pruebas sólidas. La administración estadounidense expresó su apoyo a una transición hacia la democracia en Venezuela y solicitó un proceso transparente que respete la voluntad del pueblo venezolano.
Reacción de Nicolás Maduro y esfuerzo diplomático
En respuesta a las declaraciones de Estados Unidos, el presidente Nicolás Maduro demandó que el país norteamericano “saque sus narices” de Venezuela. Maduro argumentó que el reconocimiento de González es un intento de golpe de Estado y afirmó que el Tribunal Supremo de Venezuela deberá aclarar la situación electoral. Además, el presidente venezolano propuso retomar las negociaciones con Estados Unidos bajo el marco de un memorando de entendimiento firmado en Catar el año pasado.
La comunidad internacional sigue observando la situación con atención. Los presidentes de Brasil y México, Luiz Inácio Lula da Silva y Andrés Manuel López Obrador, respectivamente, han enfatizado la necesidad de una verificación imparcial de las actas electorales. Brasil, además, ha asumido la custodia de la embajada argentina en Caracas y ha brindado protección a opositores venezolanos asilados allí.
La crisis política en Venezuela se ha intensificado con protestas y enfrentamientos en las calles. Las autoridades informaron sobre al menos 11 muertos y más de 1.200 detenidos. La oposición y el gobierno están en una disputa constante, con manifestaciones que han incluido la destrucción de estatuas de Hugo Chávez y una fuerte represión por parte de las fuerzas de seguridad.
El futuro de Venezuela depende en gran medida de la resolución de las disputas electorales y de la respuesta internacional a las irregularidades en el proceso. La tensión continúa mientras la comunidad global espera una solución que garantice la transparencia y la legitimidad del proceso electoral.
