La vergüenza del olvido

La actual constitución limita la amnistía a delitos de naturaleza política. Es decir, excluye de su alcance a los delitos comunes, tales como el abuso sexual, robo y otros. La constitución, además, expresamente excluye de la amnistía al secuestro y a los delitos contra la administración pública. La reciente amnistía aprobada por la Asamblea viola estas limitaciones constitucionales. Lo increíble es que esta violación constitucional la reconoce el propio informe que sirvió de sustento a la concesión de la amnistía. Así, para extender la amnistía a los delitos comunes que se cometieron en octubre de 2019, los autores del informe se ven obligados a citar a un tratadista, quien aparentemente habría dicho en algún escrito suyo que la amnistía puede incluir delitos no políticos (pág. 113). Por respetable que sea un comentario académico, es el texto de la Constitución el que prevalece. Y el texto es claro. Es más, los autores del informe cometen la barbaridad de decir (pág. 112) que la amnistía no podría ser impugnada, y para ello invocan como precedente el caso de una amnistía expedida por la Asamblea Constituyente de 2008 (001-08-AN), como si la actual Asamblea fuese una asamblea constituyente. El informe está plagado de errores conceptuales, es de un cinismo impresionante, aparte de estar mal redactado. La descripción del incendio del edificio de la Contraloría (pág. 177) parece sacada de una novela de George Orwell, pues ahora resulta que los manifestantes que lo incendiaron no sabían que en ese edificio funcionaba dicho organismo, ya que era la primera vez que visitaban Quito (no es broma). Pero probablemente lo peor del informe es decirnos que por tratarse de una marcha liderada por indígenas, entonces la ley común no es aplicable a ellos y que lo que hicieron está justificado gracias a cultura de su etnia.

Amnistía proviene de la expresión griega “amnestía”, olvido. La paradoja de este caso es que lejos de producir el efecto del olvido, lo que ha hecho la Asamblea es perennizar los trágicos eventos ocurridos en octubre de 2019 y sembrar más violencia. Mujeres abusadas sexualmente, periodistas heridos, personas secuestradas, edificios oficiales destruidos, parques arrasados, trampas para matar motociclistas, corte de agua potable, paro de exportaciones petroleras, destrucción de bienes públicos, cierre de carreteras, ambulancias apedreadas. ¿En serio quieren que nos olvidemos de todo esto? Pero hay más. Luego de lo ocurrido, sus responsables se encargaron de sostener y repetir que todo fue una suerte de gesta heroica y tranquilamente han advertido que volverán a hacerlo. Todo este lamentable capítulo va dizque a ser borrado gracias a la amnistía. La Asamblea, que no tuvo los votos para aprobar la ley que facilita la recuperación de lo robado, ha cometido un crimen aprobando la amnistía de la semana pasada. La pregunta es, si este crimen es solo el comienzo, si luego de esto no vendrá la toma de la Contraloría y de otros órganos de control por parte de la mafia que robó desaforadamente por más de una década, o si el crimen de la amnistía de la Asamblea es el precio para que dicho asalto no suceda.

La amnistía aprobada por la Asamblea Nacional debe ser impugnada constitucionalmente. Y como institución probablemente debería desaparecer.

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Artículo de Hernán Pérez Loose: «La vergüenza del olvido»

Autor: Hernán Pérez Loose

Fuente: El Universo

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