Las revelaciones de los procesos penales iniciados por la Fiscalía y el juicio contra el ex Contralor Pólit en Miami, conducen a concluir que se había instaurado en Ecuador el gobierno de los bandidos. En su momento controlaron el Poder Ejecutivo, la Asamblea Nacional, parte de los juzgados y las cortes de justicia, la Contraloría General de la Nación, las superintendencias, el Consejo de la Judicatura, el Consejo Nacional Electoral y el Consejo de Participación Ciudadana y Control Social. Pero el control total no se puso al servicio del interés general, sino que sirvió para el atraco más grande de la historia ecuatoriana.
Los delitos contra la administración pública: Metástasis, Purga, Plaga, Encuentro, reconstrucción de Manabí, Sobornos, Sinohydro, Singue, Obstrucción de la Justicia, para citar los más recientes, y las declaraciones de los testigos y correos en Miami, confirman la creación de mecanismos para lucrar de dineros públicos y enriquecer desaforadamente a la camarilla que ostentó el poder y a empresarios privados vinculados. Y pronto se conocerán cifras del mayor atraco, que es la comercialización de crudo y derivados y otros contratos vinculados a hidrocarburos.
Cuando se instale el juicio en Estados Unidos contra el ex gerente de Comercio Exterior de Petroecuador -actualmente con libertad bajo fianza y acuerdo de cooperación con la fiscalía – el juicio contra Pólit parecerá juego de niños, porque los montos de las transacciones petroleras, las comisiones entregadas a intermediarios y funcionarios públicos son de una magnitud sin precedentes. Téngase en cuenta que los juicios en USA se refieren solamente a dineros negros que utilizaron el sistema financiero de ese país y no incluyen fondos depositados en bancos de otros países.
Y apena que un país de antigua amistad con Ecuador e histórica tradición de acogida a perseguidos políticos de Latinoamérica y Europa, se convierta, bajo el gobierno de López Obrador, en refugio de delincuentes comunes, como el Mago Chérrez, que cargó con más de 800 millones de dólares del Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional, el zar de las “cadenas” petroleras y altos jerarcas de la Revolución Ciudadana.
Autor: Francisco Rosales
Fuente: El Comercio