En la noche del viernes 12 de enero, al menos seis presos se fugaron de la Penitenciaría del Litoral, en Guayaquil, la cárcel más grande de Ecuador. Esta evasión se produjo en medio de una crisis carcelaria que también involucra motines en otras seis prisiones, donde más de 150 funcionarios han sido tomados como rehenes.
La Policía Nacional informó a través de sus redes sociales que, hasta el momento, dos de los seis reos fugados han sido recapturados. Sin embargo, continúan los esfuerzos de las fuerzas del orden para localizar a los demás, al tiempo que se refuerza la seguridad en el perímetro de la Penitenciaría del Litoral. Los residentes de la zona reportaron detonaciones en el recinto carcelario.
La fuga se llevó a cabo por la parte trasera de la cárcel, que forma parte del complejo carcelario de la provincia de Guayas, compuesto por cinco prisiones que albergan alrededor de 12.000 personas. La Policía activó un operativo de búsqueda y captura, concentrándose principalmente en las áreas cercanas al río Guayas.
Uno de los reos recapturados está vinculado al asesinato de dos policías en el cantón Nobol, provincia del Guayas, ocurrido el 9 de enero. Este incidente se enmarca en una serie de motines simultáneos que se registraron en al menos siete cárceles de Ecuador. En estos eventos, numerosos presos lograron escapar, la mayoría proveniente de la cárcel de Riobamba.
Entre los fugitivos de Riobamba se encuentra Fabricio Colón Pico, presunto cabecilla de la banda criminal ‘Los Lobos‘, acusado de planear un atentado contra la fiscal general, Diana Salazar. Además, José Adolfo Macías, alias ‘Fito’, líder de la banda criminal ‘Los Choneros‘, también se escapó días antes de la Cárcel Regional de Guayaquil, generando gran preocupación.
Estas fugas y motines coinciden con una ola de acciones violentas atribuidas a bandas del crimen organizado, que incluyen explosiones e incendios de automóviles, secuestros y asesinatos de policías, así como el asalto armado a un canal de televisión en Guayaquil. Estos eventos tuvieron lugar mientras el Gobierno del presidente Daniel Noboa buscaba implementar un plan para recuperar el control de las cárceles ecuatorianas, muchas de las cuales están internamente dominadas por grupos delincuenciales.
La estrategia gubernamental incluye el aislamiento de los líderes de estas bandas criminales hasta la construcción de dos prisiones modernas bajo el modelo ‘Bukele’, inspirado en la estricta política carcelaria del presidente de El Salvador. Además de la Penitenciaría del Litoral, se reportaron detonaciones en las cárceles de Machala y Turi, en Cuenca.