Lo que cuesta al país la bocota de Correa

Nacionalista de baratija, Rafael Correa sigue sumando centenares de millones de dólares en la columna pasivos porque el país acaba de perder otro arbitraje: el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones del Banco Mundial (CIADI) decidió que Ecuador deberá pagar 412 millones de dólares a Perenco. Y hacerlo en 60 días.

A esto se refería seguramente Correa cuando en 2009 dijo que “Ecuador está dispuesto a ir a hasta las últimas consecuencias” en la disputa con esa petrolera francesa. “No le pagará un real. No vamos a permitir que estas trasnacionales nos sigan tratando como colonia”. Ese nacionalismo bobo, que le permitió alardear cual matón de barrio, es el que hoy tendrá que pagar el país. Se dirá, como algunos correístas tapiñados están diciendo, que el fallo tiene que ver con la ley 42, expedida por Alfredo Palacio en 2006. En ella dispuso que en los contratos petroleros vaya al Estado al menos el 50% de los ingresos extraordinarios por aumento del precio del petróleo. El problema lo produjo, en realidad, Correa al elevar el margen del 50% al 99% en el decreto 662 el 4 de octubre de 2007. Eso gatilló el arbitraje, que empezó el 30 de abril de 2008. En los hechos, el CIADI lo señala como el instrumento que permitió a Ecuador violar el derecho internacional.

Además, la refriega en los campos 7 y 21, que operó Perenco, la llevó a cabo el gobierno de Correa hasta mediados de julio de 2009, cuando esa petrolera abandonó el país. Inicialmente esa empresa trató de paralizar la producción y así evitar que el gobierno embargara su producción petrolera. Eso fue asumido por el gobierno como causal de caducidad por incumplimiento del contrato. En realidad, Perenco cuestionó que el Estado pretendiera cobrarle 327 millones de dólares como parte de una deuda que se le endosó como resultado de la nueva repartición de ganancias, impuesta por Correa. Al tomar el gobierno el control de las operaciones en los bloques petroleros, Perenco habló de expropiación y de toma forzada de sus instalaciones y de sus activos.

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Artículo de José Hernández: «Lo que cuesta al país la bocota de Correa»

El discurso nacionalista del correísmo, tan pomposo como hueco, se dio de bruces contra la realidad. Y Correa empezó a dar señales de haber entendido que sus bravuconadas saldrían caras al país, en julio de 2011, cuando, al referirse al tema, dijo: “Ahí hay un grave riesgo para la economía nacional, para las finanzas públicas. Estamos hablando de miles de millones. Estamos haciendo lo que podemos, pero la lucha es David contra Goliat”. En esa narrativa no admitió su error: creer que puede ignorar contratos de Estado, acordados con empresas multinacionales y garantizados por tribunales internacionales. En este caso por el CIADI que, en julio de 2014, consideró que hubo, en el caso de Perenco, incumplimiento del Tratado Bilateral de Protección de Inversiones suscrito con Francia. En ese momento, la petrolera exigía 440 millones de indemnización, más intereses.

El resto ha sido pirotecnia, pedidos vanos de que se anule el laudo, gastos millonarios en bufetes internacionales de abogados y mucha propaganda para hacer creer que el país es víctima de la perversidad internacional. Ecuador con Correa se convirtió, después de Argentina y Venezuela, en el país con más demandas por incumplir con los contratos. Y esas son cuentas que han llegado y seguirán llegando para agravar al extremo la situación de las finanzas públicas.

El gobierno de Guillermo Lasso ha dicho que respetará y honrará esta deuda heredada del correísmo. Y que, descontada la indemnización ambiental, deberá pagar 374.3 millones de dólares a Perenco. Correa dijo hoy en un tuit que los beneficios para Ecuador de haber expulsado esa empresa suman más de mil millones de dólares. Ni siquiera mide lo que eso significó para la imagen del Ecuador en el exterior. ¿Qué hará ahora que el Estado tendrá que iniciar contra él, y otros, acciones de repetición? Seguramente seguirá haciendo discursos nacionalistas y soberanos de esos que le sirvieron para pasear su ego en las tarimas y ganar aplausos. La historia es conocida: los populistas brindan y el país paga las facturas. En este caso, con centenares de millones de dólares.

Autor: José Hernández

Fuente: 4 Pelagatos

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