Se registra escasez de combustibles en varias ciudades del país, principalmente en provincias de la Sierra y la Amazonía. Largas filas de vehículos se observan en las estaciones de servicio para abastecerse de gasolina, mientras tanto los aviones de las compañías nacionales cargan combustible en la ciudad de Guayaquil para no afectar la reserva que tiene el aeropuerto de Quito.
En varias avenidas de Cuenca también se observan filas interminables, decenas de conductores esperando recargar combustible, que a través de tanqueros no llega con normalidad debido al cierre de vías. En el caso de Azuay, Cañar y Morona Santiago, en el sur del país, cerca de 80 estaciones de servicio abastecen a estas tres provincias.
En Imbabura, en 33 de las 35 estaciones de servicio que existen, ya no quedan reservas de combustible. El desabastecimiento se debe a que las vías que conectan con esa provincia con Esmeraldas, Carchi y Pichincha están bloqueadas por manifestantes.
En el sector de Pifo, al nororiente de Quito, un grupo de manifestantes intentó tomarse la planta de envasado de gas licuado de petróleo, desde donde salen en plataformas y camiones los cilindros de gas doméstico que se comercializan en la capital.

Por otro lado, en varias provincias del país empiezan a escasear los víveres y alimentos de primera necesidad. Problemas de abastecimiento así como incremento en el precio de los productos provocan inconvenientes en los mercados de Quito.
En el mercado de San Roque los comerciantes afirman que los productos llegan a precios muy elevados por lo que piden que se realicen controles. Además, por el bloqueo de las vías, los productos llegan en malas condiciones. Esto contribuye a la escasez y pone en riesgo el abastecimiento en los mercados.
Otro aspecto que contribuye al desabastecimiento de alimentos es el cierre del Mercado Mayorista que, por falta de garantías ante la presencia de manifestantes, no ha podido atender con normalidad.

