Bronquitis

A la emergencia del Hospital Carlos Andrade Marín llegó el ex excelentísimo señor expresidente de la República, economista Rafael Correa Delgado, aquejado de un fuerte malestar en las vías antero respiratorias, razón por la cual, estando yo de turno, procedí a auscultarlo de inmediato.

En efecto, al aplicarle el fonendoscopio a la altura de la espalda el paciente mostró signos de impaciencia en la pleura, lo que me llevó a pensar que la inflamación había contaminado también algunos de los cinco bronquios que descubrí en el paciente, en lugar de los dos que tenemos todos. ¡Qué capacidad bronquial del ex excelentísimo!

rafael correa neumonia
Artículo del ‘Pajaro’ Febres Cordero: ‘Bronquitis’

Después de notificarle que padecía de una enfermedad que en términos médicos se conoce como bronquitis, le pregunté si en los días anteriores ya había sentido molestias al respirar y él me respondió que no solo eso, sino que también había notado que la temperatura sin motivo aparente se le subía súbitamente hasta alcanzar los treinta y nueve grados a la sombra.

El paciente, con evidentes síntomas de expectoración tanto a la altura de la nariz como del estómago, me respondió que él no estaba para nada de acuerdo con mi diagnóstico, pues con bronquitis había vivido los diez últimos años, sin que nunca haya experimentado el malestar que sentía ahora, pues desde que llegó al poder tuvo bronquitis con los sindicatos, con los acostistas de Montecristi, con los empresarios, con la prensa corrupta, con los ecologistas infantiles, con los pregoneros de los fonditos, con la partidocracia, con la iglesia, con los indígenas, con los banqueros, con los yucateros que le daban yuca, con los militares activos y pasivos y con los policías que planearon matarle no solo de los pulmones sino hasta de la rodilla, por lo cual no comprendía por qué ahora la bronquitis se le había manifestado justo en la transmisión del mando, cuando ni siquiera quiso exhalar la más leve tos frente al licenciado Lenín Moreno y por eso no pronunció ningún discurso y más bien prefirió salirse en la mitad de la sesión, justamente para que no se le notara la bronquitis ya que, según le habían dicho sus asesores, el nuevo presidente no iba a cumplir con
los lineamientos que él le había dejado escritos en tres gruesos volúmenes y, al contrario, iba a proclamar que en su gobierno apelaría al consenso, respetaría a la prensa, publicaría la lista de Odebrecht, suprimiría las sabatinas, solicitaría el apoyo de los empresarios, todo lo cual le producía una cada vez mayor bronquitis con su sucesor.

Mientras el paciente hablaba en medio de unas toses reiterativas que le producían sudoraciones y espasmos, mi percepción médica hizo que, en lugar de recetarle antibióticos como leí que indicaba el vademécum, procedí a administrarle por vía oral varias píldoras aunque sin decirle que estas tenían efecto sedante, algo que quedó demostrado cinco minutos más tarde, cuando el ex excelentísimo entró en estado letárgico y, ya dormido, respiró tranquilamente, sin el más mínimo signo de bronquitis con nadie.

Inmediatamente lo remití hacia un especialista quien, en contra de mi criterio, le diagnosticó neumonía, de la que espero se restablecerá próximamente con todo éxito.

f) Dr. Luis Tracto Grueso, Gastroenterólogo.

Autor:   Francisco Febres Cordero

Fuente:   El Universo

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