Noboa, el saboteador

En la última consulta popular, a las preguntas D y E, las que realmente importaban al gobierno, el pueblo dijo NO. La ciudadanía se mantiene alerta respecto al accionar de Daniel Noboa, quien ha mostrado su lado más prepotente e improvisado en las últimas semanas. Desde el asalto a la embajada de México en Quito hasta el manejo torpe y contradictorio de la crisis energética el gobierno del magnate bananero ha sido una sucesión de errores. Por ello, el 30 y 40% de votantes se pronunciaron en contra de las preguntas que daban luz verde a los tratados bilaterales de inversión y a la contratación por horas. Ecuador no mordió el anzuelo político de un gobernante que nos chantajeó amenazando con sacar al ejército de las cárceles, si no ganaba el sí.

Respecto a la pregunta sobre los arbitrajes internacionales, hay que dejar claro que van en contra de los derechos de la naturaleza y de los pueblos de la Amazonía, por algo Chevron, una de las empresas más contaminantes del mundo, los utilizó para defenderse de las demandas del Estado ecuatoriano.

Son tan nocivos estos tratados que el Parlamento Europeo se opuso a ellos porque afectan la soberanía de sus pueblos, no es posible que las transnacionales no se ajusten a las leyes de cada país. En el caso ecuatoriano, el ecocidio que cometieron en la Amazonía es imperdonable. Insisto, es el Parlamento Europeo el que termina dándole la razón a nuestra ciudadanía, que entiende lo nocivo que resulta darle poderes ilimitados a cualquier corporación multinacional.

En la pregunta E, respecto a la contratación por horas, el NO se impuso claramente con casi 40% de ventaja sobre la propuesta gubernamental. Mientras Noboa y las cámaras de comercio y producción, ven a los contratos por horas como una panacea para generar trabajo, el pueblo se da cuenta de que implica un retroceso en materia de derechos laborales. Es importante tomar en cuenta que los derechos humanos NO se plebiscitan, por lo que esta pregunta nunca debió ser aceptada por la Corte Constitucional.

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Artículo de Álex Ron: «Noboa, el saboteador»

Además, las contradicciones del gobierno respecto a cuánto valdría la hora de trabajo han sido terribles, han ido desde 3 hasta 13 dólares. La flexibilización laboral en un país con una oligarquía iletrada, prepotente y apátrida representaba un suicidio para los trabajadores.

El punto de quiebre en esta consulta popular fue la suspensión de energía eléctrica por siete y ocho horas al día en todo Ecuador. El argumento esgrimido por el magnate bananero fue que su ministra, junto a otros funcionarios, habían saboteado las hidroeléctricas. Para cualquier país el mantenimiento de las represas es vital, es como estar a cargo de un hospital de emergencias y no constatar la falta de tanques de oxígeno. Es incuestionable la improvisación de Noboa, su ineptitud cuesta al sector productivo 2000 millones de dólares mensuales.

Esta vez no es la Conaie, la “atrasa pueblos”, es el mismo gobierno de una élite económica que pone por delante sus negocios frente al bienestar general. Regresamos a la época de las “barcazas”, otro negocio redondo para un grupúsculo de empresarios. Aunque algunos odian darle la razón a Correa (para mí al correísmo siempre hay que analizarlo con matices), en ésto nadie puede dejar de reconocer la visión de futuro del caudillo respecto a hidroeléctricas, por algo construyó ocho. Recuerden que durante el correísmo exportábamos electricidad.

Las nueve preguntas en las que ganó el SÍ se centraban en el tema de seguridad, Noboa las pudo tramitar en la Asamblea para que sean aprobadas. Resultaba obvio que, en un país asustado por las bandas de narcos, donde la propia ministra de gobierno dice pomposamente que “estamos mejorando porque en la última semana sólo tuvimos 99 asesinatos”, era predecible que la gente apoye cualquier acción que brinde mayor seguridad ciudadana. Pese a que el gobierno y sus corporaciones mediáticas hablan de un apoyo total a Noboa, está claro que el pueblo se mantiene crítico y expectante al accionar de un presidente que intentó una maniobra burda, que nos costó 60 millones de dólares, para medir su popularidad y para impulsar dos leyes nocivas a la soberanía y a los derechos laborales de la gente. El país continúa en zozobra y el magnate “offshore” no está solucionando los problemas fundamentales del pueblo.

Autor: Álex Ron

Fuente: Plan V

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