Alarma por casos de pie diabético en Ecuador

La diabetes se ha convertido en una creciente preocupación de salud pública en Ecuador, situándose como la segunda enfermedad más frecuente en el país, solo detrás de la hipertensión.

La prevalencia de diabetes en la población ecuatoriana es de 10 a 59 años. Además, se registran alrededor de 37,000 nuevos casos de diabetes en Ecuador cada año, según cifras del Ministerio de Salud. Lo más preocupante es que el 98% de estos casos corresponden a la diabetes tipo 2, que se desarrolla debido a malos hábitos alimenticios, factores hereditarios y el sedentarismo.

De ahí, una de las complicaciones que se genera por esta enfermedad es el pie diabético. Para el tratamiento y cuidado de un pie diabético, es fundamental consultar a un podólogo especializado en el manejo de esta condición. Un profesional de la salud que se especializa en el diagnóstico, tratamiento y prevención de problemas relacionados con los pies.

El pie diabético aparece cuando existen niveles inadecuados de glucosa en sangre y otros factores que concurren con frecuencia en personas con diabetes que provocan un daño en los vasos y nervios que pueden producir complicaciones a medio-largo plazo.

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Preocupación por casos de pie diabético en Ecuador

Valentín Mendieta, podólogo y vocero de Sana Pie, indica que “Los problemas en los pies son comunes en personas con diabetes. Pueden ocurrir con el tiempo cuando los niveles altos de azúcar en sangre dañan los nervios y los vasos sanguíneos de los pies. El daño a los nervios, llamado neuropatía diabética, puede provocar entumecimiento, hormigueo, dolor o pérdida de sensibilidad en los pies”.

Si no puede sentir dolor, es posible que no se dé cuenta si tiene un corte, una ampolla o una úlcera (llaga abierta) en el pie. “La herida puede infectarse y es posible que la infección no se cure bien porque los vasos sanguíneos dañados pueden causar un deficiente flujo sanguíneo en los pies”, comenta Mendieta.

Los problemas graves en los pies pueden desarrollarse rápidamente como:  

  • Un corte, ampolla o hematoma en los pies que no comienza a sanar en unos días
  • Piel enrojecida, caliente o dolorida en sus pies
  • Un callo con sangre seca en el interior
  • Una infección del pie que se vuelve negra y huele mal (podría ser gangrena)

Por ello, es fundamental consultar a su profesional de la salud de inmediato.

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